¿Qué vamos a hacer la Oposición?

“La vida es 10 por ciento lo que me pasa y

90 por ciento cómo reacciono a ello”

Charles Swindoll

      Día a día el régimen morenista sigue dando pasos firmes hacia un sistema cada vez más autoritario. Las muestras recientes más que fehacientes de ello han sido las acciones en contra de la libertad de expresión de gobernadores como el de Puebla y la de Campeche, así como la persecución a un periodista en Tamaulipas y la infame y humillante muestra de poderío del presidente del senado en contra un ciudadano de a pie. Si esos casos regionales se pudieran considerar como ocurrencias de dichos personajes, ahora la línea contundente e inequívoca viene desde el mismísimo gobierno federal con la iniciativa de ley espía. Una vez aprobada en el Congreso de la Unión, que lo será sin ninguna duda ya que la oposición no le da los números para evitarlo, el gobierno podrá saber todo sobre cada uno de nosotros: dónde estamos, qué comunicamos, por cuál medio lo hacemos, si criticamos a los supremos gobernantes, y cualquier otra información que les sea de utilidad. Bien se ha afirmado que el pasado ya nos alcanzó. Estamos a la puerta de vivir bajo la mirada de un “Big Brother” como lo pronosticó George Orwell en su novela “1984”.

 

      Pero la principal preocupación, que nos debe llevar a ocuparnos, no es tanto lo que están y seguirán haciendo los cuatroteístas en el poder. Ellos continuarán sin mayor rubor sobre sus claros propósitos de avasallarnos. En eso muy poco podemos influir. Lo que realmente debemos poner atención es ¿qué vamos a hacer la oposición para evitarlo? En este asunto sí podemos involucrarnos para hacer un frente común en legítima defensa. Vayan algunas ideas a modo de reflexiones primarias para comenzar a mover las neuronas y luego pasar a la acción con pensamiento claro y movimientos precisos. Para empezar, habrá que seguir insistiendo en que debemos tomar conciencia de que ya no vivimos en una democracia como la habíamos conocido hasta hace poco. Por ello, no podemos seguir pensando igual y hacer lo que siempre hemos hecho. La terca realidad nos da muestras diarias de que no ha funcionado lo que hemos estado haciendo. Segundo, entender que cada quien por su lado no lograremos nada. Por ello la necesidad de un Encuentro Nacional Opositor, del que ya he hablado anteriormente, Tercero, con diagnósticos claros, análisis objetivos y propuestas viables, construir una narrativa que nos vuelva a poner del lado de las y los ciudadanos. Que entendamos sus preocupaciones, sus necesidades, sus motivaciones, sus anhelos. Cuarto, que pasemos a la acción. De nada sirve quejarnos, burlarnos, criticar, hacer memes, mandar mensajes, hilos, tweets, si lo hacemos pasivamente.

 

      Con una nueva conciencia de la realidad en la que nos encontramos, con una red de organizaciones, partidos, ciudadanos que se ponen de acuerdo en qué y cómo actuar, con una narrativa novedosa, simple, clara de entender, que atrape la atención ciudadana, volvamos a las calles. Encabecemos las luchas ciudadanas, defendamos a quienes el oficialismo busca aplastar, visitemos a nuestros vecinos, convivamos con quienes tenemos olvidados, reencontrémonos. Si ya lo hemos hecho en el pasado, no hay razón para argumentar que está muy difícil y que parece casi imposible cambiar el estado de cosas. Pero no esperemos a que alguien más lo haga, o a un líder que venga a salvarnos. Empecemos por nosotros mismos. Seguramente encontraremos otras personas que piensan igual a nosotros. Hagamos ruido desde abajo, desde la calle. En la medida que nos unamos más y más, en esa medida seremos más visibles y podremos coincidir con asociaciones, organizaciones, partidos políticos y con todo aquel que no quiere vivir bajo el yugo de un movimiento corrupto, mediocre, aliado de criminales y con toda la intención de eternizarse en el poder.

 

      Démonos prisa antes de que la ley espía y otras medidas oficialistas nos cierren los espacios que aún podemos ocupar. No hay mañana. Como dijera el clásico, es hoy, hoy, hoy. ¡A darle!