Necesidad de una narrativa común opositora
“El deber mínimo es el de encontrar, por graves que sean las diferencias
que nos separen, un campo común de acción y de pensamiento”
Manuel Gómez Morin
Ante la nueva realidad que estamos viviendo en México, donde la vida democrática llegó, o esta a punto de llegar, a su fin, es necesario pensar diferente para llevar a cabo acciones diferentes. Todos los días somos testigos de cómo el oficialismo sigue destruyendo el estado de derecho y las instituciones que en ello se sustentan. En el INE varios consejeros electorales estuvieron de acuerdo en que hubo graves irregularidades en la elección del poder judicial, pero solo 5 votaron por no avalar el proceso, por lo que se declaró valido. Por otro lado, el destructor de PEMEX, quien es ahora el director del INFONAVIT, busca legalizar las invasiones de casas que les pertenecen legítimamente a derechohabientes que por alguna razón no pudieron acabar de pagarlas, tuvieron que desalojarlas y que mafias bien organizadas y personas sin escrúpulos se apropian ilegalmente de ellas. La libertad de expresión se ve atacada con todo el poder del estado en Puebla, Campeche, Tamaulipas y hasta en los Estados Unidos con tal de acallar a todas las voces que disientan del oficialismo quien no tolera ser expuesto ante tanta barbaridad que comete.
Y la oposición, ¿qué dice, que posturas defiende, qué acciones toma para defender todas aquellas causas ciudadanas que se están vulnerando? Por ahí se escucha que un partido hace una declaración sobre tal o cual tema y al día siguiente se olvida por otro problema. En las sesiones de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión se dan grandes batallas verbales, se ganan con argumentos, pero lo que sucede ahí dentro no trasciende a la vida cotidiana. Abogados y organizaciones ciudadanas están asesorando a quienes compitieron para ser jueces, magistrados o ministros, a fin de dar la batalla hasta el final y hacer ver lo antidemocrático del proceso e invalidar ciertas candidaturas. Sobre los líderes de opinión que son acusados y hostigados permanentemente por dar a la luz pública las prácticas corruptas del régimen, no se ve que partidos y sociedad organizada salga en su defensa contundentemente para demostrar que la oposición esta unida, vigilante y actuante ante actos autoritarios de los gobernantes.
Por todo ello se hace evidente la pertinencia de llevar a cabo un Encuentro Nacional Opositor (ENO) del que hablé la semana pasada. Si la presidente de la República aparece todos los días en los medios de comunicación, y por lo tanto en la mente de millones de mexicanos, la oposición tenemos la necesidad de encontrar puntos de unión para comenzar a entendernos, para ver cómo podemos trabajar juntos, respetando nuestras singularidades. Para contrarrestar un discurso oficialista que da línea a todo el morenismo y dicta lo que deben pensar los mexicanos, es primordial para la oposición contar también con una narrativa que, en primer lugar, sea común para todos. Después, que sea cotidiana, no esporádica, que fije una posición clara y eficaz ante los desatinos gubernamentales. Que nos posicione a todos en un solo canal para que no cada uno hable según sus prioridades y que al final naufrague en el inmenso mar de noticias de todo tipo.
¿Podemos imaginar que, ante una arbitrariedad cometida por la autoridad, salgan voces de distinto calibre para dar una postura firme, clara, contundente y que dicha opinión se replique al unísono por toda la oposición? Y si al día siguiente el oficialismo vuelve a cometer algún otro atropello, estén ahí voceros de partidos políticos, sociedad organizada, comentaristas, intelectuales, que opinemos de manera similar, con sus matices, dando coherencia y sentido a una nueva narrativa opositora. Todo ello nos daría luz sobre lo que esta pasando. Nos brindaría argumentos sólidos para opinar de una u otra manera. Nos proporcionaría una identidad que ahora es inexistente. Comenzaríamos a encontrar puntos de unión para que, quienes estén apáticos, nos volteen a ver. Que los ciudadanos que quieren hacer algo por su país encuentren puntos afines y sentido a su acción. Estoy seguro de que, para ponernos de acuerdo en lo esencial, habrá que empezar por lograr voluntad política en las y los líderes opositores de todos los niveles. Trabajemos en ello.