Gran Reto: Convencer al interior y al exterior

“Al PAN le falta barrio…Y al barrio va a ir

Jorge Romero

      Una vez relanzado el PAN, ¿qué sigue? El primer desafío tiene que ver, a mi juicio, con los mismos militantes. ¿Cómo convencer a miles de entusiastas panistas quienes han sufrido en carne propia bloqueos por parte de los padroneros, falta de democracia interna, no ser tomados en cuenta porque no son parte de ningún grupo predominante, de trabajar para conseguir una candidatura para que al final del camino les salgan con que la decisión se toma desde arriba, echando por la borda meses y años de trabajo? Panistas que ponen alma vida y corazón en algunas actividades para que lleguen otros a aprovechar su esfuerzo. Militantes que ven la incongruencia de ciertos líderes que buscan mantener al partido lo más pequeño y controlable posible para asegurarse candidaturas pluris para ellos y sus familiares. ¿Cómo lograr la transición entre un partido anquilosado, cerrado, pequeño, desanimado, con inercias negativas enquistadas en sus acciones, hacia el PAN que miles de militantes y mexicanos están esperando para detener al desgobierno que vive nuestro país?

 

      Y qué decir de los ciudadanos no militantes, que una vez le dieron su confianza al PAN y hoy lo ven extraviado, sin voz, inactivo, cerrado, que no conecta con la gente. Un partido desdibujado ideológicamente que en los últimos años ha hecho alianzas electorales con el partido con más negativos como lo es el PRI. Una organización vieja, que no atrae a nadie, mucho menos a los jóvenes, con muy baja aceptación en las encuestas, que no encabeza ni se une a causas populares que día a día gritan por un México más humano, que los oiga, que los proteja, que les de soluciones a sus graves problemas cotidianos. Mexicanos que no les importa la corrupción, ni la escasez de medicinas, ni la inflación. Que no entienden ni les cae el veinte de que la deuda pública sea la mayor de la historia mexicana, logro indiscutible de siete años de los morenarcos. Que, a pesar del creciente crimen organizado, descaradamente coludido con los gobiernos morenistas, no les llama la atención voltear a ver otras opciones políticas porque al final “todos los partidos son iguales”. Mientras yo reciba mi dinero de los muchos programas sociales que existen, becas para estudiantes, madres solteras, personas con discapacidad, jóvenes ninis, mujeres de 60 a 64 años, adultos mayores, etc., yo seguiré apoyando a quien sí me da, a diferencia de antes que nadie me daba.

 

      Gran reto sin duda. Lo importante es que el primer paso ya se dio. Hoy se habla del PAN, para bien y para mal, pero se habla, como hace mucho tiempo no sucedía. Ahora lo fundamental es no perder el paso. Que no sean buenos deseos ni flor de un día. Ya lo dijo el presidente nacional Jorge Romero, “Lo que estamos buscando es el resurgimiento del PAN. Que resurja como fuerza política según como la entendemos, muy conscientes de que va a ser un camino cuesta arriba. Sabemos que tomará trabajo, esfuerzo y fe, pero el PAN regresará a las bases”. Con todo respeto, más nos vale. El escepticismo tanto interno como externo solo será vencido con auténticos pasos hacia un partido realmente abierto a la gente. Que el tema escogido “Patria, familia y libertad” se traduzca en defensa de la vida cotidiana de millones de mexicanos que sufren el dolor evitable. Que dicho lema se tropicalice y sea entendible para madres buscadoras, personas enfermas que gastan miles de pesos en medicinas, jóvenes que ya no pueden salir a trabajar o divertirse sin que sean potencialmente cooptados o asesinados por el crimen organizado. Productores del campo que hoy son extorsionados por mafias criminales sin que ninguna autoridad les haga frente. Transportistas, piperos de agua, comerciantes, profesionistas que día a día viven problemáticas bien específicas y que requieren de alguien que los entienda y los apoye.

 

      La situación de México es lo suficientemente grave como para salir con una simulación o cambiar lo suficiente para que nada cambie. El PAN debe ser ejemplo de que sí es posible transformar un ente desanimado en una organización congruente con sus principios, que entienda las miles de causas ciudadanas y que les de cauce, que las lidere, que les de alternativas basada en la ética y la búsqueda del bien común. Esperemos que líderes panistas, militantes y ciudadanos en general estemos a la altura de lo que nuestro país necesita. No hay tiempo ni opciones. A trabajar.